Estudiar y vivir en la capital es un desafío constante, pero no solo para el chico, sino también para su familia, la cual deposita en esta nueva experiencia sus propios anhelos de crecimiento y desarrollo y obviamente las expectativas de éxito volcadas en el estudiante.
Muchas de las consultas que nos llegan tienen que ver con el peso de la expectativa familiar en este proceso de cambio y en esta nueva oportunidad de crecimiento del chico. Es que sus padres hacen su mayor esfuerzo para que él pueda continuar sus proyectos profesionales y continuar formándose en lo que muchas veces es su vocación.
Asimismo, el impacto de lo que los jóvenes del interior llaman "presión por estar acá y por el esfuerzo que hago yo y mi familia" no es de ninguna manera una sensación estática, sino que es producto del inicio de esta nueva etapa y a traves de esta presión a veces salen a la luz otros miedos y ansiedades más profundos.
Se trata de un proceso natural, lindo y pleno de oportunidades.
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